El electrochapado y el anodizado cumplen propósitos distintos en el acabado de metales. El electrochapado deposita metales como el zinc o el níquel sobre superficies, mejorando la conductividad y la soldabilidad, ideal para conectores eléctricos. El chapado cromado añade un brillo espejado decorativo para molduras automotrices. Sin embargo, el anodizado crea una capa más gruesa y no conductiva de óxido, lo que lo hace superior para piezas de aluminio expuestas a entornos duros. Por ejemplo, componentes CNC con anodizado duro en equipo marino resisten la corrosión por agua salada mejor que las alternativas electrochapadas. El anodizado claro preserva el aspecto natural del aluminio mientras añade protección, mientras que los acabados dorados o negros satisfacen necesidades de marcaje. Evalúe factores como el material base, la exposición ambiental y los requisitos funcionales para elegir el proceso adecuado.