El electrorecubrimiento añade versatilidad a las piezas metálicas. El recubrimiento de zinc (galvanización) es una opción económica para prevenir la oxidación en elementos automotrices. El recubrimiento de níquel mejora la durabilidad y la conductividad para terminales de baterías, mientras que el recubrimiento de oro de 18k ofrece acabados de lujo para joyería o electrónica de alta gama. A diferencia de la anodización, el recubrimiento funciona en múltiples sustratos como acero o cobre. Sin embargo, requiere una química de baño precisa para evitar porosidad o capas irregulares. Por ejemplo, los varilleros hidráulicos cromados combinan resistencia a la corrosión con un aspecto pulido. Trabaja con recubridores certificados para asegurar la conformidad RoHS y una calidad consistente en todos los lotes.